martes, 22 de abril de 2008

VITUS. KALI.

VITUS:

Día a día, miles de seres humanos nacen, día a día miles de seres humanos crecen y aprenden en todo el mundo, pero hay humanos… hay ciertos humanos que son distintos a la mayoría, ellos tienen algún don que, los hace ir por delante, ser reconocidos y alabados… ¿quién no quisiera sentirlo? Muy simple, aquellos que poseen esos dones.

Si usted no es de aquellos que se desilusionan cuando leen detalles sobre la película que no han visto, detenga su lectura en este momento, tome su Cosmopolitan y continúe con su vida…

Vitus, una película de origen y producción Suiza, producida por Sony Pictures. Bajo la batuta de Fredi M. Murer como director, esta película nos cuenta la historia de un niño superdotado, él ha nacido con una gran gama de habilidades sorprendentes, entre ellas, la más destacable, su tremendo don para tocar el piano. Y eso no es cualquier cosa, ¿qué harías si tuvieras como hijo a alguien totalmente fuera de serie? Eso mismo se preguntan los padres de Vitus, al saberse a cargo de un niño tan especial, al hacerse conscientes de que deben de animar y ayudar al desarrollo de un genio como el de este “chamaquito”. La presión jamás es agradable, Vitus es especial, sí, pero él no tiene la culpa, desearía ser como cualquier otro niño normal, el tiempo pasa, y Vitus crece y cree en otras cosas, su único amigo, su abuelo, es el que atento escucha todo lo que sucede con este ser tan especial, muchas cosas han cambiado (ahora Vitus, con 13 años está a punto de graduarse a la universidad), pero muchas, siguen igual, como la presión de sus padres, presión que Vitus ya no soporta, él sigue deseando poder tener una vida normal, sin la carga que representa ser un genio… un día lluvioso y tétrico, Vitus cae de un segundo piso, tiene un accidente, los análisis dicen que todo es normal, pero hay algo extraño en Vitus, su habilidad para el piano parece haber desparecido, su ICQ está bien… ahora, es el de un niño normal. ¡El genio se ha perdido? ¿Y todos los planes, y todos los sueños, también?

Vitus nos ofrece una problemática sorprendente, y a mi manera de ver, no, no es la gran habilidad de Vitus, va más allá. Se acerca los sentimientos más sucios y a la vez más hermosos de los humanos, a sus sueños, a su felicidad, a la verdadera felicidad.

Es una película sencilla, no se vale e grandes tomas ni efectos, los movimientos de cámara oscilan entre los paneos verticales, horizontales y algunos travelings, nos ofrecen excelentes tomas como el enojo de Vitus y su puerta con su madre tocando detrás, como el avión, y su vuelo. Aquí es cuando entran a cuadro el uso del gran plano general, un momento para recordar. El uso del primer plano y plano conjunto es constante, el director logra un equilibrio en la toma que llega a sorprender. Una sencilla cámara lenta a la caída del sombrero nos muestra un universo de ideas, para mí, uno de los momentos claves en la película.

Vitus, cuenta con una duración de planos, equilibrada, digamos que el director juega con la velocidad y contenido de los planos para manejar la tensión en el espectador, todo esto le agrega, para mí, un ritmo “in crescendo”, si no es que arrítmico, pues no puedo decir que es lento debido a las acciones y situaciones que desarrollan los personajes.

El espacio geográfico se desarrolla en la misma Suiza, recordando el lenguaje utilizado, vemos como se conjugan en este país, punto de encuentro de distintas y ricas culturas y costumbres, el idioma alemán, francés e italiano, los tres idiomas oficiales de Suiza. Un país con lindos paisajes que sirve también como sutil escenario para una historia tan extraordinaria y tan común, aprovechando la belleza del paisaje se le da una iluminación sencilla, natural a la mayor parte del film. Desde aquellos lugares con el abuelo, hasta la luz de los grandes ventanales que contrastan con la pequeña silueta del “Dr. Wolf”. El film se vale del uso del color psicológico, los colores fríos de una tarde confusa, o los colores vivos de una universidad, que a la vez muestra vacío y soledad.

Dando una vuelta a todos los elementos que hacen de Vitus una película digna de captar unos minutos de tiempo es, definitivamente, el sonido, ¿qué puedes esperar de una película sobre un prodigio del piano? Pues efectivamente, ese maravilloso don se manifiesta en las melodías de Vitus, que cuenta con piezas de Bach, Ravel, Lizst y Mozart por mencionar algunos. El sonido subjetivo, la música con gran protagonismo, ayuda a la ambientación y a transmitir las ideas necesarias, necesario para entender a un genio.

La escena final de Vitus en una avioneta es, no muy sorprendentemente una de las escenas finales, por lo que podemos decir que se ubica dentro de un plano fragmentado sólo por la alteración de este punto o fragmento, pues la historia transcurre en su mayo parte de forma lineal. Un montaje de tipo ideológico es otro elemento a destacar de Vitus. Y hablando de lementos a destacar, destaco el trabajo (claro) del director Fredi M. Murer, de los actores, Bruno Ganz (Abuelo) Teo Gheorghiu (Vitus puberto). De los encargado de la interpretación musical de las obra de grandes músicos, directores de orquesta y musicalizadotes definitivamente. Y por último a los encargados de vestuario, que contribuyeron al encanto de un niño con traje de caballero.

Ya casi para terminar, me parece algo “innecesaria” la parafernalia de las habilidades de Vitus, digo, al final el mensaje es muy diferente del que uno espera recibir, y el hecho de que el pequeño enriquezca a su familia (no sé si por envidia de la genialidad) no me agradó tanto como el resto de la película, aunque también es necesario para completar el mensaje de: “la verdadera felicidad”. Es una obra dirigida para todo público, sí, incluso para público joven, ya que hasta cierto punto llega a ser motivacional. Vitus, un personaje que hace y deshace de todo sólo para darse cuenta de que sencilla es la felicidad, tengas un gran genio o no…

Vitus es una de esas películas que puedes ver con una sonrisa de ternura durante aproximadamente dos horas, terminar y suspirar antes de exclamar un: ¡Ahh! Con una visión feliz de la vida. Déjate tocar por un prodigio, por “un niño extraordinario”. En fin, ahora juzguen ustedes mismos y espero comentarios.

1 comentario:

Cyrana dijo...

Bueno general, Kali!...
que te parece si acortar más los párrafos? Imagina que sólo te dan una o dos cuartillas de extensión en una publicación. Economiza las ideas y las palabras. Regentea pues tus neuronas.

vida, eco-ciencia y virages para tí!
sea!