lunes, 21 de abril de 2008

Vitus
Por Jessica Zermeño

¡Sin duda alguna en este film todos se pasan de listos y virtuosos! Y es que ese dicho de que tres cabezas piensan más que una se cumplió con la producción de Christian Davi, Christof Neracher y Fredi M. Murer al tomar las riendas de ‘Vitus’, film dirigido y escrito por Fredi M. Murer en colaboración con Peter Luisi y Lukas B. Suter.
La tercia alcanzó los niveles de IQ necesarios para transmitir a través de un bello drama la vida de un niño genio, donde el espectador es testigo de cientos de problemas que viven estos niños superdotados al enfrentarse a un mundo lleno de simples mortales.
De forma lineal (aunque da inicio con un breve flash back todo lo demás es lineal), analítico, con planos sencillos (pero no menos expresivos), una exquisita selección de música interpretada en piano, y magistrales factores sorpresa hacen del argumento de ‘Vitus’ una historia inolvidable.
Agradezco que Murer se aventurara a cambiar la forma de contarnos historias de niños virtuosos que sufren por demostrar lo buenos que son ante el mundo, como recientemente se presenta en ‘Escucha tu destino’ donde el protagonista busca a través de la música a sus verdaderos padres. Sin embargo, Vitus, aborda una problemática que ha sido poco explotado en la industria cinematográfica y es el tema de la incomprensión a la que se ven sometidos estos pequeños genios y la explotación de los padres que buscan alcanzar el éxito a través de ellos.
El argumento de la película da inicio mostrándonos al pequeño ‘Vitus’ de 6 años añorando un piano, sin embargo sus padres no tienen las posibilidades económicas para dárselo. Pronto su padre, quien parece haber sido el portador del gen de la inteligencia de Vitus, consigue vender muy bien uno de sus inventos para mejorar los niveles de audición de las personas con sordera y recibe un ascenso muy importante en la compañía para la que trabaja.
Desde ese momento la genialidad de Vitus comienza a ser tomada en serio, su madre decide sacarlo del Kinder, lugar donde Vitus siempre estuvo fuera de contexto, pues mientras los demás cantaban canciones bobas, él aprendía nuevas palabras en el diccionario o leía cosas interesantes.
El pequeño comienza a tomar clases de piano, y pronto demuestra su gran virtuosismo ante el imponente instrumento. A la breve edad de 6 años tiene su primer borrachera a lado de Isabel, su niñera de 12 años de quien se enamora platónicamente. La madre de Vitus está histérica por tal atrevimiento y decide hacerse cargo ella misma de guiar los pasos de Vitus, así que desde ese momento la composición de las imágenes se tornan muy expresivas y dejan claro al espectador que la madre no descansaría hasta hacer de su hijo el mejor pianista, sometiéndolo a largas horas de ensayos, mientras ella disfruta de la música de su hijo. Y ahí comienza la rebeldía del pequeño Vitus quien muestra su lado temperamental y en todo momento expresa su racionalidad ante sus padres. Su único lado sincero y tierno se da a conocer con su abuelo, con quien comparte grandes secretos.
A través de una hermosa elipsis se quedan atrás las diminutas manos de Vitus de 6 años para mostrarnos al nuevo y ya caótico genio de 12 años. Y es que si el carácter del pequeño ya era impactante -con la excelente actuación de Fabrizio Borsani-, las cosas se tornan más interesantes cuando vemos a Vitus ridiculizar a los maestros de la preparatoria frente a todo el salón de clases o rechazar su primer oportunidad de tomar clases con una de las mejores pianistas. Motivo por el cual su madre se molesta muchísimo con él.
Vitus se queda sólo y reflexiona, de nada le sirven su 180 de IQ, su potencial ante el piano, todos los libros leídos si se ha vuelto un verdadero hígado, no tiene amigos y ni el mismo soporta su gran ego.
Tras esa pequeña depresión decide saltar por su balcón acompañado de unas grandes alas de vampiro que su abuelo le construyera años atrás.
Aparentemente la desgracia llega a la familia de Vitus, pues aunque este se encuentra perfecto de salud, ha perdido su genialidad. La madre se hunde en la depresión e intenta hacer que su hijo recobre su don inútilmente.
Vitus, pierde la oportunidad de ir a la Universidad e ingresa a una secundaria, donde comienza a hacer amigos.
Su vida cambia por completo y él parece ser el único en aceptarla. Todo le pinta bien en su vida de niño normal, el destino está tan de su lado que lo reencuentra con Isabel, el gran amor de su vida, ella trabaja en una tienda de discos y desde ese día Vitus no pierde oportunidad de verla.
Cuando el espectador comienza a amar al niño normal, o sorpresa, el abuelo descubre que todo fue un malévolo engaño de Vitus para hacer que su madre dejara de presionarlo con su genialidad, y el abuelo decide guardar el secreto.
El giro majestuoso del argumento es muy interesante, pues ahora Vitus se pasa de listo haciendo creer a todos que ahora ya no es más un genio.
Pronto vemos como sigue usando su intelecto para ayudar al único ser que lo ama por quién es, su abuelo, con quien emprende un nuevo reto. Vitus se cuela en la bolsa de valores bajo el seudónimo de Dr. Wolf y convierte a su abuelo en un multimillonario que disfruta en secreto de todo lo que su nieto le ha brindado, como cumplir su más grande sueño de ser piloto, al principio con un simulador y luego con una avioneta misma que lo conduce a la muerte.
Vitus entra en razón y comienza a dar solución a su vida demostrándoles a sus papás que no necesita que nadie este detrás de él y que es capaz de seguir sus pasiones sin presión.
Finalmente lo vemos dar inicio a su carrera como pianista y disfrutamos con un gran final de un concierto de Vitus.
Me gustaría destacar el cuidado que Sabine Murer le dio al vestuario al mostrarnos que en su etapa de niño su pasión, manifestada a través de vestuarios rojos, se vuelve fiel a su sentir. Sin embargo cuando el pequeño crece busca y tranquilidad lejos de su IQ su vestimenta es de color azul. Y para quienes ponemos atención en dichos aspectos es muy significativo encontrarlos muy bien ubicados y destacados.
La selección de la Música de Mario Beretta es deleitante, y obviamente en un film donde el argumento esta basado en la genialidad de un niño pianista no podía estar menos cuidada y atinada la música.
Considero que lo más importante de este discurso fílmico, aunque en principio parecería la música, creo que va más allá al mostrarnos a un niño que debe sobrevivir a la presión de una madre que deja su vida para explotar la de él. Y se expone el mal que a veces hacen los padres sin darse cuenta.
El manejo del tema es muy interesante y las resoluciones que logra Vitus son convincentes y placenteras para el espectador, aunque muchos de los que la veamos tengamos un IQ de menos de 100. Lo genial es que las grandes historias a veces son más sencillas de lo que pensamos.

Si usted comparte el mínimo de IQ que yo para enviar un comentario a mi correo hágalo a zerjess@hotmail.com intentaré comprenderlo con las pocas neuronas que aún le quedan a mi cabeza cinéfila.

La escena:
Cuando Vitus corre en el campo y con distención intenta volar con unas grandes alas de murciélago.
También cuando el suspenso de si el abuelo se ira a la quiebra o no es realmente hermosa.
Y otra de mis favoritas cuando el niño llega a tomar clases en su avioneta, demostrando que puede hacer eso y más…

Un aplauso:
El cast de Fabrizio Borsani (Vitus, 6 años) y Teo Gheorghiu- Vitus (12 años) ambos están geniales, adorables e insoportables en dicho papel.

Para aventar palomitas:
¡Que yo no fuera una niña genio! Perdón por el reproche personal de esta ocasión, sé que no soy parte del film, pero no encontré nada que maldecir hoy,

La recomendación:
Si sabe de un niño genio recomiéndela ampliamente a los padres de estos para que no caigan en los mismos errores y sobre todo apoye la libertad los mismos.

Ficha técnica:
Productor: Christian Davi, Christof Neracher y Fredi M. Murer.
· Director: Fredi M. Murer.
· Guionista: Peter Luisi, Fredi M. Murer y Lukas B. Suter.
· Actores:
Fabrizio Borsani-Vitus, 6 años,
Teo Gheorghiu- Vitus, 12 años,
Julika Jenkins- mamá,
Urs Jucker- papá
Bruno Ganz-abuelo
Kristina Lykowa- Isabel, 12 años,
Tamara Scarpellini -Isabel, 19 años
· Fotografía: Pio Corradi
· Música: Mario Beretta

2 comentarios:

Cyrana dijo...

Buena cosa!
Tu comentario es redondo. Valora el incluir la síntesis o no. Recuerda la extensión de tu texto debe ser lo suficientemente larga para abarcar lo que deseas decir y suficientemente corta para que el lector no desmaye en el intento.
me agrada harto que hayas redefinido tu escala...suena mejor y se lee mejor.
gracias por la ficha, muy completa!

vida, redondeces y conciertos para tí!
sea!

Anónimo dijo...

Suena bien.