lunes, 19 de mayo de 2008



Ichi: the Killer
Por Jessica Zermeño
¿Te excita el dolor de otros? ¿Sangre, mujeres golpeadas, violadas, mutiladas? ¿Hombres despiadadamente torturados con ganchos de carniceros, aceite caliente en la piel y cuerpos cortados en trizas? Si no es así, evita esta reseña y mucho más la película, ya que vaya que todos los sucesos y personajes de Ichi The Killer son repulsivos, sanguinarios, violentos, extremos, sexuales, sádicos, crueles, morbosos, y no sé cómo más describir esta película del cine Gore.El film de Takashi Miike es una adaptación realizada de un conocido manga japonés, donde se plantea una historia lineal (no por ello menos sangrienta) sobre la desaparición del jefe de la banda Yakuza, Anjo, quien es terriblemente asesinado (y cuando digo terrible es porque hay una buena dosis de ríos de sangre por el piso, otros litros por las paredes, pedazos de carne por doquier y tripas). Unos misteriosos personajes se encargan de limpiar las terribles escenas del crimen de un sádico asesino conocido como Ichi. La banda de Anjo supone que su jefe está en apuros tras desaparecer con mucho dinero. El excéntrico y sadomasoquista Kakihara (marcado por el placentero dolor en todo su rostro) es el más fiel seguidor de Anjo y va en su búsqueda torturando a diestra y siniestra a todo aquel que pueda tener relación con la desaparición de su jefe. Jijii empieza a sembrar cizaña entre las bandas yakuzas inculpando a sospechosos equivocados. Jijii es el "padre adoptivo" de Ichi, un muchacho tímido, inadaptado, temeroso que vive encerrado jugando videojuegos. Ichi está seriamente traumatizado tras haber visto en la escuela como sus compañeros violaron a la única chica que lo defendía; Ichi tuvo miedo de sus instintos pues aunque sabía que le estaban haciendo daño el deseaba participar en la violación. Más tarde se descubre que todo ese mal recuerdo de sus días de adolescencia es en realidad una sugestión hipnótica implantada por Jijii, por lo que el niño tonto con carita de yo no fui (excelente actuación de Nao Omori) es la máquina infernal de muerte que ha sembrado terror en las bandas Yakuzas. Inverosímil, pero cierto. Ichi se pone su uniforme negro, con un número 1 fluorescente en la espalda, sobre una especie de caparazón que le da un aspecto de insecto y con cuchillas guardadas en los talones de sus botas Ichi corta a sus enemigos de arriba abajo, los destripa y descuartiza sin piedad en medio de llantos y eyaculaciones de placer.Kakihara, está a la expectativa de conocer al despiadado Ichi, pues sabe que tras la muerte de su jefe (quien le acomodaba tremendas y excitantes palizas) él es el único que le puede proporcionar el dolor físico que quiere tras conocer que Ichi es una persona carente de sentimientos y que mata a sangre fría sin ningún tipo de vacilación o remordimiento. El encuentro entre estos dos personajes es esperadísimo por el público y el final es impactante por el grado de violencia y degradación psicológica.Para algunos las situaciones de esta película podrán parecer bizarras con extrema violencia y con una carga de humor negro que podría caer en lo sátiro. Sin embargo cumple con todos los requisitos del Gore, al contener la crueldad y crímenes que infunden miedo en los personajes. La fotografía es inaudita, jamás había visto tanta crueldad y sangre tan bien logradas, golpea la vista, la moral, hace que las tripas se revuelquen en tu estómago y proyecta en cada parte de la piel ese miedo nato, de pensar en el dolor que uno podría sentir con tales sucesos. Es un delicioso cóctel de dolor en el “si hubiera” de cada persona que deje sacar su lado masoquista con esta película.Lo que es aún más aplaudible es que este director se especializa en saber que es lo que quiere contar y cómo lo quiere hacer, y de esta forma con un rodaje rápido y con tan poco presupuesto, logra una calidad magistralmente en sus películas. Los efectos especiales de Ichi son tan reales que uno ni los ve, los busca morbosamente entre la sangre derramada por la lengua mutilada de Kakihara, pero nada, perfectos y limpios, pasan desapercibidos.El montaje y la dirección son igualmente frenéticas y malvadas visiones de su realizador, el cual nos muestra temas como la lealtad de las bandas Yakuzas, las perversiones mentales y sexuales que pueden llevar a un tipo a querer ser el redentor de los malos, aún en contra de su inocente personalidad. El placer de sentirse infringido, mutilado, agobiado de dolor hasta llegar al éxtasis. Estos son sólo algunos de los hechos relatados en Íchi, donde Takashi Miike demuestra no sólo porque es uno de los más prolíficos directores creadores del Japón, con más de 60 películas en su historial en tan sólo 10 años de carrera.Yo sigo alucinando con las imágenes que dan vuelta en mi cabeza con tanto despliegue de sadismo, y me encontré con el placer de disfrutar de cada golpe y gota de sangre derramada.

Si usted sabe como destazar mi crítica en mil cachitos y que sienta ese dulce placer que tanto buscaba Kakihara puede hacerlo a
zerjess@hotmail.com



La escena de bolsa de papel: Disfruté enormemente de la escena del tipo colgado en los ganchos que luego vuelven carnitas con una dosis de aceite caliente, claro que si usted no está preparado para ello puede tener una bolsa de papel cerca para las nauseas.
Para aventar palomitas:Vaya decepción cuando se atora la mininavaja de Ichi en una reja, tras haber cortado en pedacitos a miles de yakuzas, pero bueno, se supera rápido con la demencia de Kakihara.
La navaja de oro:Mi reconocimiento a los encargados de los efectos especiales, se llevan gran parte de la película en ello y muy bien logrado, el mejor para mi es el corte de lengua y de pierna de la chica que se hace pasar por el recuerdo insano de Ichi.
La recomendación:Saque toda la porquería mental que lleva dentro, esos horrendos pensamientos de muerte y crueldad, ponga la película y tenga un buen rato de demencia y locura a lado de Ichi.
Para el lector iniciado o social:Takashi Miike ha realizado más películas que las que hizo Hitchcock en toda su vida, (por poner un ejemplo). Su récord es de 8 al año más o menos, de muchas temáticas y sólo tiene 10 años de carrera. La popularidad le llegó en 1999 con la película Audition (Ôdishon). Prolífico, ecléctico y controversial cineasta, conocido como el Tarantino oriental, capaz de crear sentimientos y sensaciones antagónicas en el espectador.
Ficha técnica:

Director: Takashi MiikeProducción: Akiko Funatsu y Dai Miyazaki Guión: Sakichi Satō y Hideo Yamamoto Elenco: Tadanobu Asano,Nao Omori,Shinya Tsukamoto yPaulyn Sun

3 comentarios:

Cyrana dijo...

gracias por tu comentario, Jess!
vuelvo y repito como dicen los boricuas: "la sinopsis que usas al inicio del texto me parece larga...que pasa si le acortas unas líneas...
recomendación: deja sediento al público omitiendo detalles cruciales es un buen truco para atraer al lector, una sinopsis larga es como ver los hilos que mueven al conejo dentro del sombrero...

vida, magia y süintesis para tí!

Carlos dijo...

Bien, Jess.
He tenido bastante trabajo, por eso no puedo hacer comentarios muy puntuales.
Pero...
Se nota que tienes experiencia redactando y en el análisis cinematográfico. (No de balde tuviste a los dos mejores maestros para ello)

En cuanto tenga un rato de calma, te haré observaciones. Nunca te salvarás de mis comentarios a tu redacción... nunca.

¿Por qué será que ganas todas la votaciones?

Anónimo dijo...

Ahhhh quièn vota por miiii?